Cada fruta y verdura requiere unas condiciones específicas para lograr un crecimiento y una calidad ideales. Por esta razón, se recolectan en diferentes lugares y temporadas. Si bien la globalización nos permite disfrutar de una gran variedad de productos en cualquier momento, comer más frutas y verduras de temporada tiene numerosos beneficios.
1. Es mejor para el medio ambiente
Como ya sabemos, los alimentos que han viajado por todo el mundo para llegar hasta nosotros requieren más energía para transportarlos, refrigerarlos, almacenarlos y, a menudo, más embalaje para mantenerlos frescos. Comer productos de temporada ayuda a reducir nuestra huella medioambiental.
2. Es más barato
Cuando compramos productos de temporada, lo hacemos en el pico de suministro y, por lo tanto, cuando es más barato. Fuera de temporada significa que han crecido en condiciones controladas o transportadas desde una gran distancia, lo que aumenta los costes.
3. Tiene más nutrientes y sabe mejor
¡Cuanto más fresco, mejor! Muchos nutrientes de las frutas y verduras disminuirán con el tiempo. Cuando compramos productos que no son de temporada, en muchos casos, estos se han almacenado y se han enviado en contenedores durante días. Pero los productos de temporada se cosechan en el mejor momento, por lo que se maximiza el sabor.
4. Ayuda a reducir el desperdicio de alimentos
Según la FAO, alrededor del 14% de todos los alimentos producidos en el mundo se pierden entre la cosecha y la venta en los comercios. Comprar en temporada ayuda a reducir el riesgo de que los alimentos se desperdicien antes de que lleguen a las estanterías.
5. ¡Es más emocionante y bueno para la salud!
¿Te has dado cuenta de que la naturaleza proporciona lo que necesitamos cuando más lo necesitamos? Por ejemplo, en verano, las frutas de hueso ayudan a protegernos contra el daño solar. Además nos estaremos enfrentando a recetas que no habíamos considerado antes e incrementaremos la variedad en nuestras dietas.